Impresionante lectura de un poema que nos hace estremecer vigorosamente, nos recuerda que la tortura campea en nuestro entorno, y en cada región a su modo te desequilibra el alma y golpea tu cuerpo, quizá en Colombia la mayor tortura sea estar 10 años internado en la selva sin ver tus seres queridos, quizás sea el hambre o la falta de oportunidades...pero qué hacer ante ello?
El poema es leído por personas que sufrieron la tortura en carne propia, sus voces poderosas nos transmiten ese pasado vehemente.
Poema la tortura de Wislawa Szymborska
Espero que escuchen atentamente y dejen una opinión, un comentario, que se sienta que corre sangre por nuestras venas! Alguna de ustedes escribirá el texto aquí en el espacio de comentarios?
Hasta la próxima!
lunes, 21 de mayo de 2012
jueves, 10 de mayo de 2012
FELIZ DIA MADRES
Dulzura
Autora: Gabriela Mistral
Madrecita mía,
madrecita tierna,
déjame decirte
dulzura extremas.
Es tuyo mi cuerpo
que hiciste cual ramo
deja removerlo
sobre tu regazo.
Juega tú a ser hoja
y yo a ser rocío:
sobre tus dos brazos
tenme suspendido.
Madrecita mía,
todito mi mundo
déjame decirte
los cariños sumos.
desvandelpoeta
- Versos a Mi Madre.
Letra de la canción de Julio Jaramillo
Mi madre es un poema
de blanca cabellera,
que tiene a flor de labios
un gesto de perdón.
Cuando tras larga ausencia regreso
ella me espera,
me abraza como a un niño,
me besa con pasión.
Mi madre es pequeñita
igual que una violeta,
lo dulce esta en su alma,
el llanto en el adios.
Es dueña de mis sueños,
aunque no soy poeta,
los versos a mi madre
me los inspira Dios.
Que linda que es mi madre
que suerte es tenerla y
que dichoso al verla
feliz en el hogar
Radiante de alegría
al lado de sus hijos
cuidando sus nietitos
que santa que es mi madre,
Bendícela, si, bendícela Señor.
Mi madre es una rosa
de pétalos ajados
que guarda su perfume
muy junto al corazón.
Viviendo nuestra angustia
no se lo que ha llorado
por eso al mencionarla
me embargo de emoción.
Mi madre es como un cromo
de mágica paleta
Canción dolor ternura
de todo hay en su voz
Es dueña de mis sueños,
aunque no soy poeta,
los versos a mi madre
me los inspira Dios.
Que linda que es mi madre
que suerte es tenerla y
que dichoso al verla
feliz en el hogar
Letra de la canción de Julio Jaramillo
Mi madre es un poema
de blanca cabellera,
que tiene a flor de labios
un gesto de perdón.
Cuando tras larga ausencia regreso
ella me espera,
me abraza como a un niño,
me besa con pasión.
Mi madre es pequeñita
igual que una violeta,
lo dulce esta en su alma,
el llanto en el adios.
Es dueña de mis sueños,
aunque no soy poeta,
los versos a mi madre
me los inspira Dios.
Que linda que es mi madre
que suerte es tenerla y
que dichoso al verla
feliz en el hogar
Radiante de alegría
al lado de sus hijos
cuidando sus nietitos
que santa que es mi madre,
Bendícela, si, bendícela Señor.
Mi madre es una rosa
de pétalos ajados
que guarda su perfume
muy junto al corazón.
Viviendo nuestra angustia
no se lo que ha llorado
por eso al mencionarla
me embargo de emoción.
Mi madre es como un cromo
de mágica paleta
Canción dolor ternura
de todo hay en su voz
Es dueña de mis sueños,
aunque no soy poeta,
los versos a mi madre
me los inspira Dios.
Que linda que es mi madre
que suerte es tenerla y
que dichoso al verla
feliz en el hogar
sábado, 5 de mayo de 2012
Señor Poeta
Hagamos un trato - Mario Benedetti
Táctica y estrategia - Mario Benedetti
Mario Benedetti, escritor y poeta uruguayo (1920-2009)
En su extensa obra recorrió la novela, el cuento, el ensayo, la poesía y el drama.
Recordamos con cariño su legado y leemos dos poemas para amar la vida, la poesía...el amor.
Táctica y estrategia - Mario Benedetti
Mario Benedetti, escritor y poeta uruguayo (1920-2009)
En su extensa obra recorrió la novela, el cuento, el ensayo, la poesía y el drama.
Recordamos con cariño su legado y leemos dos poemas para amar la vida, la poesía...el amor.
martes, 1 de mayo de 2012
El eclipse
[Cuento. Texto completo]
[Cuento. Texto completo]
Augusto Monterroso
Cuando fray
Bartolomé Arrazola se sintió perdido aceptó que ya nada podría salvarlo. La
selva poderosa de Guatemala lo había apresado, implacable y definitiva. Ante su
ignorancia topográfica se sentó con tranquilidad a esperar la muerte. Quiso
morir allí, sin ninguna esperanza, aislado, con el pensamiento fijo en la
España distante, particularmente en el convento de los Abrojos, donde Carlos
Quinto condescendiera una vez a bajar de su eminencia para decirle que confiaba
en el celo religioso de su labor redentora.
Al despertar se
encontró rodeado por un grupo de indígenas de rostro impasible que se disponían
a sacrificarlo ante un altar, un altar que a Bartolomé le pareció como el lecho
en que descansaría, al fin, de sus temores, de su destino, de sí mismo.
Tres años en el país
le habían conferido un mediano dominio de las lenguas nativas. Intentó algo.
Dijo algunas palabras que fueron comprendidas.
Entonces floreció en
él una idea que tuvo por digna de su talento y de su cultura universal y de su
arduo conocimiento de Aristóteles. Recordó que para ese día se esperaba un
eclipse total de sol. Y dispuso, en lo más íntimo, valerse de aquel
conocimiento para engañar a sus opresores y salvar la vida.
-Si me matáis -les
dijo- puedo hacer que el sol se oscurezca en su altura.
Los indígenas lo
miraron fijamente y Bartolomé sorprendió la incredulidad en sus ojos. Vio que
se produjo un pequeño consejo, y esperó confiado, no sin cierto desdén.
Dos horas después el corazón de fray Bartolomé Arrazola chorreaba su
sangre vehemente sobre la piedra de los sacrificios (brillante bajo la opaca
luz de un sol eclipsado), mientras uno de los indígenas recitaba sin ninguna
inflexión de voz, sin prisa, una por una, las infinitas fechas en que se
producirían eclipses solares y lunares, que los astrónomos de la comunidad maya
habían previsto y anotado en sus códices sin la valiosa ayuda de Aristóteles.
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